miércoles, 31 de diciembre de 2008

Aquí siempre es medianoche


Para acabar el año, un regalo. Hace más de 20 años, un amante del arte llamado Fernando Márquez conseguía convertir en oro todo lo que tocaba. Él fue uno de los protagonistas de, para mí, la mejor época que ha tenido la música española: La Movida Madrileña en particular y los años 80 en general. Os dejo aquí los 3:23 minutos que consiguieron que este blog se llamara así.

martes, 23 de diciembre de 2008

Tu tristeza


Me hace gracia cuando me dicen que en mi blog sólo escribo cosas tristes. Que da mal rollo leer lo que pongo. Que si mi vida no tiene cosas bonitas para ponerlas...
Yo no creo que mi vida sea triste. Pero este blog no habla de mi vida, habla de sentimientos, de sensaciones. Cuando quiera contar mi vida, publicaré mi autobiografía. Y para mí está claro que los sentimientos menos positivos son los más interesantes. Si hoy estuviera escribiendo sobre lo bonita que se ha levantado la mañana o lo precioso que es todo, no estaría siendo yo, y el tiempo de llevar máscaras ya queda muy atrás para mí.
Yo no sirvo para escribir aquí cada día lo que he hecho o lo que pretendo hacer, más que nada porque no soporto las previsiones, no sé ni qué estaré haciendo dentro de 5 minutos... Respeto a la gente que lo hace, pero esto no es un diario. No dejaría que nadie leyera mi diario. No pretendo que la gente entre para ver cómo me va la vida, para eso hay otros medios mucho más fiables como por ejemplo... preguntármelo. Además, lo siento pero mi vida de momento no es tan interesante como para tener a la gente enganchada a mi blog, no vivo aventuras fascinantes de noches de borracheras interminables que acaban en la cama de ni-se-sabe-quién, ni noches sin dormir por haberlas pasado de bar en bar conociendo gente de quita y pon (mis noches de dormir poco son por otras cosas). Escribo cuando tengo cosas que contar, no cuando me apetece que la gente sepa lo que hago con mi vida. Por eso puedo escribir varias parrafadas seguidas, o puedo estar tres semanas sin nada que contar, sólo poniendo canciones que para mí significan algo. A veces una canción explica más cosas de las que puedo contar yo en miles de palabras.
Las cosas que más me gustan en la vida no darían ni para escribir una línea. Ni siquiera estoy seguro de poder escribir una sola palabra sobre ellas. Es difícil contar que una canción te ha llevado durante un minuto a recordar un día de tu infancia como si fuera ayer mismo, o que has vuelto a oler ese perfume que un día te hacía ver todo perfecto... la gente acabaría pensando que eres un raro o que no saben de qué vas (lo cual tampoco tendría por qué ser malo, pero ahora mismo no me interesa).
Y volviendo a la tristeza, lo siento mucho por la gente que le moleste pero no voy a cambiar mi forma de escribir. La alegría no me inspira nada. Será por lo poco acostumbrado que estoy a ella, pero no sabría qué escribir sobre algo que no tuviera al menos algo de fondo no-perfecto. La perfección me descoloca, no me la creo, me hace sentir fuera de sitio... y últimamente ya he demostrado alguna vez que cuando me siento fuera de sitio, me voy y punto.
Cualquiera que sepa las cosas que pienso, que escucho, que escribo... cualquiera que me robe la carpeta y vea las canciones que pongo ahí o los versos que de repente me llegan a la cabeza y después al papel... o cualquiera que haya hablado conmigo sobre la vida en profundidad, sobre lo que pienso de las cosas, del pasado, del futuro... enseguida se dará cuenta de que acepto la alegría, pero no la expreso. Puede que escriba cosas así porque cuando estoy feliz no me apetece escribir. La felicidad es para disfrutarla, no para ponerse a escribir. Eso prefiero hacerlo con la tristeza. A lo mejor sería mejor persona si tuviera un blog donde contara todas las cosas guays que vivo, y la gente se quedara pensando “joder qué suerte tiene éste, qué vida tan intensa, qué cosas le pasan...”, pero no es ése mi rollo. No me interesa dejar a mil personas con esa sensación, preferiría dejar a una sola pensando profundamente en sus propias cosas, que se queden pensando en las mías no me llama la atención.

lunes, 15 de diciembre de 2008

¿Por qué me dices que soy tan raro? Que todo salga mal no es tan malo...

Hoy me he acordado de aquellas tardes de lunes de hace mucho (demasiado) tiempo.



Y otra vez la voz de Enrique Urquijo dando vueltas por mi habitación (uno de esos sitios en donde él aún no ha muerto). Prometo un buen comentario sobre Enrique próximamente.

martes, 9 de diciembre de 2008

Todas las palabras que se dicen sin saber



Mírame y no digas nada esta vez,
que el silencio nos ayudará a entender
que todas las palabras que se dicen sin saber
deberían ser borradas del papel,
para que no vuelvan otra vez
a mi mente...

(“No me sueltes”, Alis)

sábado, 6 de diciembre de 2008

Su voz bromeando en las tardes

Después de escuchar millones de veces a Enrique Urquijo (enorme influencia en mi vida) cantar una de mis canciones favoritas, lo único que se me ocurre decir es que cuando algo es perfecto, cualquier cambio es siempre a peor.



Hoy empecé a andar y sin fijarme,
no sé cómo, llegué frente a su calle.
Pero al notar mi error, al girarme,
miré hacia atrás sin querer y vi su imagen.
Y recordé su voz bromeando en las tardes,
diciéndome “¿qué harás si hay cambio de planes?”


Hoy empecé a guardar todas sus cartas,
las fotos que encontré y algunas lágrimas,
pero al tratar de juntar en una caja
todo lo que me dejó, olvidé cerrarla...
y a veces, sin querer, cuando todo está en calma,
la sombra del dolor asoma su cara.

Y volveré a sentir la oscuridad,
a beber la soledad...

Hoy tengo que dejar
su castillo en el aire,
pisar el suelo, aceptar
un cambio de planes.

(“Cambio de planes”, Los Secretos, 1993)

lunes, 24 de noviembre de 2008

Una sombra, lo mismo que yo...

Por si alguien aún no lo sabe, me encanta este hombre...





Caminito que el tiempo ha borrado,
que juntos un día nos viste pasar,
he venido por última vez...
he venido a contarte mi mal.


Caminito, que entonces estabas
bordado de trébol y juncos en flor,
una sombra ya pronto serás...
una sombra, lo mismo que yo...


Desde que se fue, triste vivo yo...
caminito, amigo, yo también me voy.
Desde que se fue, nunca más volvió...
seguiré sus pasos, caminito, adiós.


Caminito, que todas las tardes
feliz recorría cantando mi amor,
no le digas si vuelve a pasar
que mi llanto tu suelo regó.


Caminito cubierto de cardos,
la mano del tiempo tu huella borró.
Yo a tu lado quisiera caer
y que el tiempo nos mate a los dos.


Desde que se fue, triste vivo yo...
caminito, amigo, yo también me voy.
Desde que se fue, nunca más volvió...
seguiré sus pasos, caminito, adiós.

("Caminito", Carlos Gardel)

jueves, 20 de noviembre de 2008

Septiembres que nunca se acaben...

¿Quién tiene un corazón que no tenga cristales?
¿Quién vive en paraísos que no se hayan perdido?
¿Quién tiene primaveras que nunca se acaben?
¿Quién tiene alas nuevas para un ángel caído?
¿Quién tiene un corazón que no cierre con llave?
¿Quién sabe cómo hacer que vuelva lo que se ha ido?
¿Quién tiene Septiembres que nunca se acaben?
¿Quién tiene alas nuevas para un ángel caído?
("Ángel caído", Chema Vargas)

miércoles, 12 de noviembre de 2008

I waste my wishes in city lights...

(Foto: vistas desde mi azotea, una noche gris pero iluminada de Otoño de 2006)


En casa tenemos trastero. Y azotea para tender la ropa. Cuando era pequeño y me mandaban a por cualquier cosa al trastero, siempre tardaba un poquito más de lo normal. Tenía que pasar por la azotea. Abría la puerta de la cerradura oxidada, y cuando subía el escalón... ahí estaba todo. Como lo recordaba desde la última vez. Todo Madrid de fondo, con mil luces de todos los colores, la mayoría naranjas... Siempre me ha sobrecogido verlo, no sé por qué. Lo mejor era mirar detrás de todas las casas, donde había miles de luces más, todas moviéndose... Pensar en todos esos coches que iban, venían...

Todavía paso por ahí de vez en cuando. Entonces recuerdo que las cosas que me gustan están muy cerca de mí pero, a veces, al mismo tiempo tan lejos como alcanza la vista.

Esta canción y su maravilloso videoclip se los dedico a toda la gente que también malgasta sus deseos en las luces de la ciudad.
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AUTOMATIC IMPERFECTION
Marlango
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There are children playing on the lampposts,
pretending they are trees.
They can climb up and fall down hard on their knees
into this grass built for them.
This puzzle made of dreams and nightmares
full of shops and signs.
All the lights behind the curtains,
every rule and conversation.
But sometimes... somehow...
moon finds a cradle in traffic lights.
And it works out... It works out...
There are lovers kissing under adds,
pretending they are stars.
Well sometimes when I’m tired
I waste my wishes in city lights.
But sometimes... somehow...
moon finds a cradle in traffic lights.
And it works out... It works out...
All the lights behind the curtains,
every rule in conversation,
every lie and every law
don't convince me as much as when
somehow, sometimes,
wind makes this city
smell real life.
Somehow... sometimes...
moon finds a cradle in traffic lights.
And it works out... It works out...

viernes, 7 de noviembre de 2008

Con vistas al mar


Impresionante otra vez Quique, como siempre...
Esta canción me hace pensar en un hotel de carretera. En esperar a que dejen de pasar coches para cruzar y llegar hasta él. En las ganas de hacer mil cosas en 5 días. En helados de vainilla que no existían. En galletas María mojadas en cola-cao. En una feria que no era feria ni era ná. En sartenes de huevos con chorizo y patatas. En la lluvia sobre el mar... En un lugar que cada vez me pertenece más, y que será así hasta que acabe siendo yo quien pertenezca a él.


miércoles, 29 de octubre de 2008

¿Dónde fueron a esconderse mi ternura y tu pasión?


- Sí, es verdad. Habrá gente ahora, en otro lado, no sé dónde, que esté descansando mejor. O que no esté tan cansada.
- Sí, seguro que la hay. Pero eso a nosotros, ¿qué nos importa? Ahora estamos tú y yo, Juani, tú y yo, aquí... Yo estoy contigo, con tu boca, con tus hombros...

Cansadísima, suplicante, Juanita protestó:
- Pero, Carlos...
- ¿Qué hago? ¿Me quito?
Su voz en la oscuridad me pareció más tierna, o resignada.
- No, no. Si quieres...
- Claro que quiero, Juani. Quiero porque... porque te quiero.
- Yo también te quiero, Carlos, también te quiero... Abrázame, Carlos. Abrázame más, Carlos, más fuerte..., más fuerte. Como si no pudiéramos separarnos nunca.

Ya digo... Recuerdo..., recuerdo que ésos eran mis únicos ratos buenos, mis únicos momentos de felicidad. [...] Era tan distinto... Y aunque mi trabajo me gustara mucho, el hambre no me dejaba disfrutarlo. Pero me consolaba la voz de Juanita, así, en la noche, su carne, sus caricias...

- No te duermas, Carlos, no te duermas... –dijo en voz muy baja.
- ¿Eh? ¿Qué? –pregunté yo, recién dormido.
- Que no te duermas.
- No, si no me había dormido todavía.
- Sí, empezabas a dormirte. Pero tengo que hablarte.
- ¿Ahora?
- Sí. Ahora. Escucha, Carlos. Ha sido la última vez.
- ¿Qué dices?
- La última vez. Me voy.
- Pero...
- Sí, has entendido bien. Estás despierto y has entendido bien.
- Juanita...
- Me voy. No puedo más. Me voy.

(“El viaje a ninguna parte”, F. Fernán-Gómez)

miércoles, 15 de octubre de 2008

Y al final...

Grupo perfecto, canción perfecta y frase perfecta de hoy:

Y lo que ayer era riesgo, hoy es carnaval...
"Y al final (Carolina)", Paraíso
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jueves, 9 de octubre de 2008

Corazones de segunda mano



Volveré a los sitios donde nunca he estado,
se caerán los libros de la estantería.
Ya no habrá Julietas entrando al mercado
ni la última copa para el pianista.

Con la conciencia tranquila,
con la rabia precisa, miro a todos lados.
Con la conciencia tranquila,
aunque la policía nos esté buscando.

Cruzaré despacio toda la avenida,
tiraré las piedras contra mi tejado.
Abrirán las chicas la peluquería,
cerrará la noche a los deheredados.

Con la mirada perdida
entre las dos esquinas de tu pelo largo.
La madrugada dormida
en la comisaría de tus ojos claros.

A las 3 de la mañana fuera de control,
y después en el disparadero.
A las 3 de la mañana en tu contestador
nunca paso por un caballero.

Volveré a los sitos donde nunca he estado,
como vuelvo siempre al punto de partida.
Vendo corazones de segunda mano
y unas zapatillas para huir deprisa.

Con la conciencia tranquila,
con la rabia precisa, miro a todos lados.
Con la conciencia tranquila,
aunque la policía nos esté esperando.

A las 3 de la mañana fuera de control,
y después en el disparadero.
A las 3 de la mañana en tu contestador
nunca paso por un caballero.

("En el disparadero", Quique González)
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Otra vez don Enrique González dando vueltas por mi habitación.
Dedico esta canción a todos los sitios donde no he estado nunca pero a los que vuelvo siempre, a todas las Julietas de barrio, a todas las veces que uno puede llegar a tirar piedras contra su propio tejado, a lo difícil que es pasar por un caballero a las 3 de la mañana, a volver siempre al mismo punto de partida... pero sobre todo a la sensación de estar haciendo lo que realmente quieres aunque esté mal.

viernes, 3 de octubre de 2008

Tu vida en 65 minutos


¿Alguna vez os habéis sentido tan felices... tan tan felices... que habéis pensado que jamás os sentiríais tan felices?
¿Vuestra vida ha llegado a una perfección tal que quizá no vale la pena buscar más?
¿Alguna vez os habéis sentido tan felices... tan tan felices... que ya no vale la pena vivir más?

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Observaciones:

1- Esta película es una de mis favoritas. Sin duda.

2- Las dos canciones que aparecen son ENORMES.

3- Obligatorio ver el vídeo a partir del minuto 6:10.

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"Tu vida en 65 minutos" (2006), María Ripoll




domingo, 28 de septiembre de 2008

Mis problemas con la justicia

Hace unos días, hablaba con una de las pocas personas que parece que me entienden más o menos bien. Hablando de las cosas que nos habían pasado, acabamos pensando que la vida no es justa. Y sí, ésa es la verdad. Es una de las cosas más importantes que uno puede aprender en la vida, que normalmente nada se mueve por que sea justo o no lo que vaya a ocurrir.
Con esto no quiero decir que la vida me haya tratado mal. Más bien es justo al contrario, no creo que pueda quejarme de muchas cosas. Dejando a un lado mi inconformismo crónico (que es el que suele traerme problemas...), no me siento una persona desafortunada. No es que haya sido todo felicidad, en momentos determinados de mi vida ha pasado gente que dio con la tecla exacta para quitarme el sueño, la ilusión o la sonrisa (o las tres cosas), pero en esos casos el error fue darle demasiada importancia a esas personas, seguramente más de la que merecían. Pero no, no puedo sentirme un desgraciado. Sería faltar al respeto a quienes realmente lo son, a quienes su vida no les da tiempo ni para pararse a llorar o a quienes no pueden tener un beso de una persona querida cuando más lo necesitan.
Cuando digo que la vida no es justa, me refiero a que las cosas buenas no basta con merecerlas. Simplemente eso. Esperar que la vida te sonría sólo porque eres bueno con la gente es de inconscientes. En la vida no gana el bueno sólo porque sea el bueno. Los cuentos no acaban con la princesa en brazos del caballero que la saca del castillo. La vida no es de quien más duro golpea, es de quien mejor sabe soportar los golpes.
Y mientras escribo esto, una canción dando vueltas por mi habitación. Los Planetas otra vez... Y este video, uno de los más maravillosos que he visto en mi vida. Y por mi cabeza, esa idea del final, esa diferencia entre lo que sucede en nuestra imaginación y lo que ocurre en realidad.
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“Y no tendría que estar hablando de estas cosas
si tú estuvieras esta noche por aquí.
Se terminó mi presupuesto para drogas,
y ha terminado lo que tengo que decir.
Y yo aquí sigo,
buscando a quien resuelva mis problemas con la justicia.”
(“Mis problemas con la justicia”, Los Planetas)
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viernes, 26 de septiembre de 2008

La felicidad

Dos hombres estaban muy enfermos, ocupando la misma habitación de un hospital. Los dos estaban durante todo el día completamente tumbados por la enfermedad que tenían. Pero a uno de ellos se le permitía sentarse en la cama cada tarde, tenía problemas pulmonares. Una hora cada tarde, le dejaban sentarse en su cama. Este enfermo tenía la suerte de que su cama daba a la única ventana de la habitación y de que al menos una hora al día podía sentarse. Su compañero de cuarto tenía que estar todo el tiempo completamente tumbado.

Hablaban de sus mujeres, de su familia, de los hogares, de los trabajos, de dónde habían estado de vacaciones... y cada tarde, cuando el hombre de la cama junto a la ventana podía sentarse, pasaba el tiempo describiendo a su vecino todas las cosas que podía ver desde la ventana. El hombre de la otra cama empezaba a desear que llegara esa hora en que su mundo se ensanchaba y cobraba vida con todas las actividades y colores del mundo exterior. La ventana daba a un parque con un precioso lago con patos y cisnes que jugaban en el agua, mientras los niños lo hacían con sus cometas. Los jóvenes enamorados paseaban de la mano entre flores de todos los colores del arco iris. Grandes árboles adornaban el paisaje, y se podía ver en la distancia una bella vista de la línea de la ciudad. Según iba describiendo el hombre de la ventana, con un gusto exquisito, la maravilla del paisaje, el del otro lado de la habitación, que estaba acostado, cerraba los ojos e imaginaba la idílica escena. Una tarde calurosa, el hombre de la ventana describió un desfile que estaba pasando. Aunque el otro hombre no podía oír a la banda, podía verlo con los ojos de su mente, exactamente como lo describía el hombre de la ventana con sus mágicas palabras.

Pasaron días y semanas. Una mañana, la enfermera de día entró con el agua para bañarles, encontrándose el cuerpo sin vida del hombre de la ventana, que había muerto plácidamente mientras dormía. El enfermo de al lado se llenó de pesar y estuvo mucho tiempo deprimido, echando de menos esa hora en la que su compañero le hacía soñar. Ahora las tardes se le hacían eternas.

Tan pronto como lo consideró apropiado, pidió ser trasladado a la cama de al lado de la ventana. La enfermera le cambió encantada y, tras asegurarse de que él estaba cómodo, se fue de la habitación. Lentamente y con dificultad, el hombre se irguió sobre el codo para lanzar la primera mirada al mundo exterior. Por fin tendría la alegría de verlo él mismo. Se esforzó para girarse despacio y mirar por la ventana, y se encontró con una pared blanca. No se podía ver nada más que aquella vieja pared. Él se sorprendió. El hombre preguntó a la enfermera qué podía haber motivado a su compañero muerto para describir cosas tan maravillosas a través de la ventana. La enfermera le dijo que el hombre era ciego y que no habría podido ver ni la pared, y le indicó:
- “Quizá lo que aquel hombre pretendía era, simplemente, hacerle a usted feliz”.

[ Relato de Alberto Granados en su sección "Mente positiva" del programa Milenio 3 (22-10-2006) ]



miércoles, 17 de septiembre de 2008

Experimentos con gaseosa



Al decir las palabras adecuadas,
se abrirán ante ti laberintos y ventanas.

El caudal de las más cálidas aguas
te traerá al lugar donde nunca falta nada.

Guárdame dentro un sitio,
necesitaré cobijo
cuando vuelva de viajar alrededor.

Llévate lo que puedas
porque queda un duro invierno por pasar,
y yo volveré arrastrándome al final.

Guárdame dentro un sitio
donde pueda estar tranquilo,
donde pueda retirarme a descansar.

Guárdame dentro un sitio,
necesitaré cariño
cuando esté cansado y no pueda viajar.
(cuando vuelva de luchar con los demás).


("Experimentos con gaseosa", Los Planetas)


sábado, 13 de septiembre de 2008

Vamos a volar

- “¿Quieres tomar algo?”
- “Pues no sé... un Martini o algo...”
- “Me quedaría aquí para siempre...”
- “Pues quedémonos...”

lunes, 8 de septiembre de 2008

Transparente


"Tal vez hoy te digan todos
que pareces transparente,
que se te ven los recuerdos,
pero a ti es difícil verte.

Yo he aprendido nuevas formas
para poder entenderte,
y me fijo en los reflejos
de tus ojos en la gente..."

("Blimea", Portonovo)


domingo, 7 de septiembre de 2008

La casualidad de mi vida...


- "Voy a quedarme aquí todo el tiempo que haga falta. Estoy esperando la casualidad de mi vida. La más grande. Y eso que las he tenido de muchas clases. Sí... podría contar mi vida uniendo casualidades."

- "Es bueno que las vidas tengan varios círculos. Pero la mía, mi vida, sólo ha dado la vuelta una vez, y no del todo. Falta lo más importante. He escrito tantas veces su nombre dentro... Y aquí, ahora mismo, no puedo cerrar nada. Estoy solo..."


Los amantes del Círculo Polar (1998), Julio Médem

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Is this a crime?

Esta canción está dedicada a todas esas cosas que no deben hacerse... pero se hacen.

NAJWAJEAN – “Crime”

You lean on the edge of the bar and you look at me
with such eyes... and what if it’s a dream?
You pass by me and say: ”Hello, your smile is like a little girl”.
Is this a crime when you touch my hand and I feel the sky?

And I’m wondering if this is a crime,
when you pass behind you touch my hits on the better sides.
And then I pass behind and it’s a game they told me not to play,
and then you kill my doubts saying “Smile”.

And then you hold my hand strong,
you get me, you take me, you break me...
Oh, what a sweet suicide...

I’m wondering if this a crime
when you see me smile...

Oh, is this a crime
when I pass your side with a little smile?

I’m sorry but I’m dealing.

Then my eyes just said “Go on”,
and my back could feel the cold...
Then you take off all my clothes
I was breathing laid in bed...

And you take my legs,
and you get inside,
and I thought that life
couldn’t be so good...
Oh my love... is this a new suicide?

And I just wanna to know
oh, it’s all, my strong little guy.
And this is, baby this is, oh... is this a crime?

And I start to cry...

Is this a crime?
I’m in this hell,
brother I say,
brother and lover, I gave
enough to stay.
I try to stay, into, into, into...

Oh is this a crime
when you’re getting inside?

I can feel that it’s allright...

jueves, 28 de agosto de 2008

Más que mil palabras

Hoy no hay reflexiones. Ni canciones. Anoche, 14 tíos salieron a dejarse hasta la última gota de sudor para hacernos felices a todos los que sentimos como nuestros esos colores rojo y blanco. 14 tíos que no son los mejores del mundo, pero lo parecieron. 14 tíos que salieron a reírse de la mala suerte, de los contratiempos y de la gente que cree que para disfrutar del fútbol en Madrid las rayas rojas sobran de la camiseta blanca. 14 tíos que no están en las listas de los más guapos, ni de los que más cobran ni de los que más salen en las revistas, que no lloran si no les llevan a la selección ni se sienten infelices por cobrar menos de 10 millones de euros. Siempre estuvimos entre los mejores, pero ahora estamos frente a ellos.
Por eso, hoy ni reflexiones ni canciones. Hoy sólo me apetece dejar estas fotos, que esta vez sí valen más que mil palabras...






lunes, 25 de agosto de 2008

Pensando... (II)

“Corre,” dijo la tortuga.
“Atrévete”, dijo el cobarde.
“Estoy de vuelta”, dijo un tipo
que nunca fue a ninguna parte.
“Sálvame”, dijo el verdugo.
“Sé que has sido tú”, dijo el culpable.
“No me grites”, dijo el sordo.
“Hoy es jueves”, dijo el martes.

Y tú no te perfumes
con palabras para consolarme.
Déjame solo conmigo,
con el íntimo enemigo
que malvive de pensión
en mi corazón.

El receloso, el fugitivo,
el más oscuro de los dos,
el pariente pobre de la duda.
El que nunca se desnuda
si no me desnudo yo,
el caprichoso, el orgulloso,
el otro, el cómplice, el traidor.

A ti te estoy gritando, a ti,
que nunca sigues mis consejos.
A ti te estoy gritando, a ti,
que estás metido en mi pellejo.
A ti, que estás llorando ahí
al otro lado del espejo.
A ti, que no te debo más que el empujón
que anoche me llevó a escribir esta canción.

“No mientas”, dijo el mentiroso.
“Buena suerte”, dijo el gafe.
“Ocúpate del alma”, dijo
el gordo vendedor de carne.
“Pruébame”, dijo el veneno,
“y ámame como odian los amantes”.
“Drogas no”, dijo el camello.
“¿Cuánto vales?”, dijo el gángster.

A punto de rendirme estaba,
a un paso de quemar las naves,
cuando al borde del camino
por dos veces el destino
me hizo un guiño en forma de
labios de mujer.

“¿Nos invitas a una copa?
Yo te secaré el sudor”
“Yo te abrazaré bajo la ropa”
“¿Y quién va a dormir conmigo?”
“Ni lo sueñes”, contestó
una, indignada.
Y otra, encantada,
no dijo nada y sonrió...

A ti te estoy gritando, a ti,
que nunca sigues mis consejos.
A ti te estoy gritando, a ti,
que estás metido en mi pellejo.
A ti, que estás llorando ahí
al otro lado del espejo.
A ti, que no te debo más que el empujón
que anoche me llevó a escribir esta canción.

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Versión de su autor, el grandísimo Joaquín Sabina


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Versión con la preciosa voz de Julieta Venegas

lunes, 18 de agosto de 2008

Tic... tac...

“Sólo existen dos maneras de volver donde ya se estuvo:
una es darse la vuelta; la otra, darle la vuelta al mundo”


Lo reconozco: quizá le tenga algo de miedo al tiempo.

Miedo al pasado, a sentir que está ahí y siempre lo estará. Pase lo que pase. Para recordarme que casi siempre los días felices vinieron justo antes de los más tristes. Para hacer que me pregunte el porqué de tantos desengaños, de tantas puñaladas... y a no encontrar respuesta jamás, ni encontrar tampoco nadie a quien preguntarle. Para hacer que sea tan difícil encontrar en mi ayer a alguien que realmente se portara bien. Para sentirme estúpido recordando cuentos de princesas en los que creía ciegamente, a pesar de todo. Para recordarme mis muchísimos errores y para relativizar mis pocos aciertos. Soy así, no suelo mirar atrás con una sonrisa, simplemente porque todo lo bueno se acaba y lo malo se queda en mi memoria. Ojalá mi cabeza funcionara de otra manera. Dicen que de lo malo siempre se aprende, pero no me gusta lo que se aprende de lo malo.

Miedo al presente, a no saber quién soy, a pararme un día a pensar en mi camino y darme cuenta de que no es el que realmente quiero recorrer. A mirar algún día mi vida y que no me guste. A ver que nada ha merecido la pena. A no poder cambiar porque sea demasiado tarde.

Miedo al futuro, a despertarme un día y que la vida no me enseñe nada mejor. Que un día me haga darme cuenta de que lo bueno ya ha pasado, que los años avanzan pero que las cosas importantes no cambian, que las heridas no se borran y que las manchas no se van ni con agua caliente. Que me haga mirar hacia delante y ver que una casa se construye desde abajo, con paciencia y limpiando bien el terreno para que la construcción sea más fuerte y no se la lleve el viento por mucho que sople.

Creo que las cosas buenas, las mejores, sólo pasan una vez en la vida. Nadie puede pensar en volver a vivir algo maravilloso porque la segunda vez ya no será tan maravilloso como la primera. Sólo diferente. Ahí está la felicidad, en encontrar muchas cosas diferentes que conviertan un día normal en algo inolvidable. Así uno detrás de otro, cada día con algo distinto, por pequeño que sea. No en vivir mil veces lo mismo. Creo que la vida está hecha de pequeñas ilusiones que tienen que ser renovadas cada poco tiempo. Y, por supuesto, creo que nunca debes intentar volver al lugar donde un día fuiste feliz.

martes, 29 de julio de 2008

Pensando... (I)



Quique González - "Doble fila"


Ando estos días vagabundeando
de tu mano fría hasta el final del mundo
y duermo en doble fila, vivo a todo trapo.

Y ésta es la vida que yo quería para mí,
pero no es la vida que tú querías para mí.


Ando estos días aterrorizado
con tus pesadillas, y me estoy rogando
cada día por ser cada noche más gallo.

Y ésta es la vida que yo quería para mí,
pero no es la vida que tú querías...


Díselo, cuéntaselo de una forma sencilla,
seguiré aparcado en tu doble fila.



sábado, 26 de julio de 2008

"Recuerdos de cosas que no he vivido..."


Me encanta viajar. Me encanta recordar cada cosa insignificante que hice en cada uno de los días que estuve lejos de casa, cosas que pasarían desapercibidas si hubiesen sucedido en Madrid. Un anochecer, mirar la luna, disfrutar de un paisaje, una conversación, galletas con colacao, ver cómo las olas rompen en un acantilado, una cuesta interminable... todo cobra más valor si es en el lugar adecuado, con la compañía adecuada y en el momento adecuado.

Siempre pensé que una mitad de mí es de Madrid, no podría vivir sin esta ciudad. La otra mitad es la que me más hace pensar. No sé a dónde pertenece, pero puede que tenga mucho que ver con mirar hacia un lado y ver montañas, y mirar hacia el otro y ver el mar... o puede que esa mitad esté repartida por todos los lugares que me hacen soñar, incluso aquellos en los que no he estado.


Hoy dejo aquí unas palabras de ésas que si te pillan en mal momento te pueden hacer pensar de verdad. Será que a mí en su día me pillaron en un momento muy malo, o será que quien las pronuncia (mi adorada Najwa Nimri) tiene la voz más bonita y sugerente del mundo...




"¿Dónde irán los sueños cuando no los conseguimos? Porque a algún sitio tienen que ir... Aunque creo que, al final, los sueños no son más que una excusa... pero una excusa muy gorda: son la excusa para vivir. Por eso a veces también se convierten en la mirada nostálgica de lo que nunca fuimos..."

miércoles, 16 de julio de 2008

La fuerza del destino

Nunca he creído en el destino. Mi objetivo en esta vida es sentirme libre. Sentir que controlo mi vida. Y eso choca de cara con la idea de que haya un destino, que todo esté escrito y que no haya nada que podamos hacer para cambiarlo. Me llama la atención cómo la gente tiende a creerse justo las cosas que no se pueden demostrar. No quiero vivir una vida en la que no pueda decidir qué, cuándo y cómo hago las cosas. En el fondo es simplemente eso.

Hoy dejo un video con una canción de ésas que nunca recuerdas bien cuándo la escuchaste por primera vez. Suele pasar cuando creces escuchando una música. Toda la vida con ella en la cabeza, y últimamente empiezo a entenderla de verdad. Supongo que hay cosas, las más fuertes, que nunca mueren.



Por cierto, también me horrorizan frases como "Si esto ha ocurrido así, será porque así tiene que ser" y chorradas por el estilo... ¿Quién dice cómo tienen que ser las cosas?

jueves, 10 de julio de 2008

"Y ya no nos da miedo que todo ahora pueda acabar, salimos en portada y en los créditos del final..."



Son las tantas de la madrugada.

Y para qué engañar, no apetece mucho ponerse a escribir. Pero siento la obligación de hacerlo. Si hoy no le dedicara aquí un pequeño espacio, no sería justo con una de las 4 ó 5 voces que más he escuchado en los últimos años. Una voz que se apagó hace apenas unas horas.

Desde hace un buen rato, mi habitación está sin luz. Sólo se le escucha a él. Música y su voz. Porque los pensamientos no suenan. Si lo hicieran, se oiría que hoy creo un poquito menos en la vida, que no me creo que haya un Dios que se lleva a quien se tiene que llevar, y mucho menos que cada uno tiene lo que se merece... todo eso es mentira. La única verdad es que Sergio Algora, escritor, poeta, cantante, soñador, se ha ido para siempre. Mientras dormía. Mientras soñaba.

Desde hace tiempo, cualquiera que me preguntara por el mejor grupo que teníamos en este país, se llevaba por mi parte la misma respuesta: La Costa Brava. Él tenía algo de culpa. Bastante culpa.

Y ahora se me vienen a la cabeza tantos y tantos momentos que ahora puedo recordar con claridad, y en los que él sonaba de fondo. No va a dejar de sonar. Eso seguro. Siempre estará ahí porque, desde ayer, es inmortal.

Hasta siempre. Y gracias por todo.

"Es sencillo parecer atractivo cuando eres más joven.

Yo sigo aquí, estoy en mi castillo apretando los dientes.

Que amanezca algunas veces cuesta varios días,

y aunque estás dentro de mí, no me conocerás.

¿Ves?, los trenes que han partido ya nunca vuelven,

y las flores que puse en su pelo ya no huelen más

que a algo que ahora ya está muerto,

y no sonríe porque es como nosotros dos: niños pequeños."

SERGIO ALGORA (1969-2008)

lunes, 7 de julio de 2008

Introducción

Hola!!!

Me llamo Diego García. Nací el Jueves Santo de 1985, lo cual no quiere decir absolutamente nada pero ahí queda la curiosidad. Me decidí a escribir este blog después del fracaso de los dos anteriores. Espero que éste lo lea más gente y si no es así, al menos que le guste más a la poca gente que lo lea. Dicen que a la tercera va la vencida, pero esa frase me parece una chorrada, casi tan grande como nacer en Jueves Santo.

En esta página pienso hablar de sensaciones, que sin duda es lo que más me interesa en esta vida. Creo que el mundo se mueve por sensaciones, y si consigo despertar alguna en una sola persona que lea lo que escriba, me daré por satisfecho. Utilizaré de fondo siempre la música, ya que sería incapaz de concebir la vida sin ella.

Me gusta la música, los paisajes bonitos, viajar, la rima 11 de Bécquer, el gazpacho andaluz, el arroz con tomate, la tortilla de patata, los peluches, el orden (aunque sea dentro del desorden), las postales de lugares, el Nestéa, los videojuegos, los 11 que salen cada domingo a hacerme feliz sólo por llevar el escudo del Atlético de Madrid, el móvil, la canción “Caruso” cantada por Lucio Dalla, los huevos Kinder, los primeros días del otoño...

Odio madrugar, Operación Triunfo, la sensación de soledad, la gente que me ha engañado, las discotecas, la crema de calabacín, la imagen que tiene la gente de mí antes de conocerme, el bakalao, el fascismo y los niñatos que llevan banderas con símbolos que ni saben lo que significan, todo lo que tiene que ver con el “deporte” del toreo y que a los españoles se nos conozca por eso, que se le ponga una mano encima a una mujer, los gritos, el metro por las mañanas, las canciones que repiten mil veces en todos los sitios, ser el centro de atención, hablar en público, la gente que se disfraza de lo que no es solamente por modas, los que hablan de algo sin tener ni idea, separarme de la persona que quiero, la ropa demasiado nueva, la gente que pide algo diferente y da lo mismo que el resto...

A veces creo que es imposible entenderme completamente, otras veces creo que es demasiado fácil, y otras veces creo que bastaría con escuchar “Un soplo en el corazón” de Family y “En aquellos tiempos siempre era fiesta” de Portonovo... depende del día. De todas formas, que me entiendan completamente o no, es algo que nunca me ha preocupado. Creo que no merece la pena darle vueltas a cosas que nunca entenderé, como por ejemplo la política o el hecho de que muchas chicas crean que salen más guapas en la foto si ponen morritos... Reconozco que cada vez le doy menos importancia a la gente que no me importa, lo cual no me hace ni mejor ni peor persona, simplemente me ahorra tiempo que puedo dedicar a pensar en otras cosas.

El primer recuerdo que tengo con uso de razón es de una Nochevieja en casa de mis abuelos, no sé exactamente de qué año, puede que 1990. Tengo recuerdos vagos de la Olimpiada de Barcelona 1992. Recuerdo bien aquel histórico 4-3 del Atleti al Barça en la 93/94 después de empezar perdiendo 0-3, y sobre todo aquella tarde del 25 de Mayo de 1996 con mi padre en el Calderón, cuando fuimos los mejores.

Pasé 12 años en un colegio de mi barrio, del cual guardo recuerdos muy buenos, otros malísimos, y muy pocos amigos de entonces. Después estuve dos años en un instituto donde supe lo que significa la palabra traición, pero conocí a personas inolvidables que espero que siempre me acompañen. Al llegar a la facultad cambió todo: nueva vida, nuevas compañías, nuevo ambiente, nuevas sensaciones... Allí comprendí que era cierto eso que la gente dice de que en la universidad es donde conoces a los amigos de verdad, se me vienen a la cabeza al menos tres ejemplos que demuestran que esa frase no es ninguna tontería.

Lo curioso es que en estos 5 años de carrera, lo más importante estaba ocurriendo fuera de la facultad. Recuerdo perfectamente algún que otro día en el que era casi imposible levantarse de la cama, no había ganas de nada, solamente de esperar a que pasara la tormenta. La tormenta pasó y en el verano de 2007 empezó a salir el sol. Y ya se sabe, de día con la luz del sol las cosas se ven diferentes, es más fácil andar sin ir golpeándose con las paredes.

No sé si es posible ser completamente feliz. Ni siquiera sé si lo soy en este momento. Lo que sí tengo ahora es motivos para serlo, espacios a donde mirar para darme cuenta de que esto no está tan mal, cosas en las que pensar para empezar cada día... Pequeñas (o grandes) ilusiones, que al final es de lo que se compone la vida.

Hoy es más fácil sonreír, seguramente gracias a varias personas. En primer lugar a quien trajo la luz del sol. Y a los que me aguantan cada día. Y también a esa gente cuyos caminos se han cruzado alguna vez con el mío, y que espero que nunca se separen mucho: Dani, Ana, Román, Estela, Irene, Iris...

Este blog no sería posible sin la intervención de Carmen (cardesorden), que al final me consiguió convencer de que escribir aquí era mucho mejor que en el Metroflog y el Fotolog y todo eso... Me conformo con que este espacio sea la mitad de interesante que el tuyo...

Un beso a todos.

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