domingo, 28 de septiembre de 2008

Mis problemas con la justicia

Hace unos días, hablaba con una de las pocas personas que parece que me entienden más o menos bien. Hablando de las cosas que nos habían pasado, acabamos pensando que la vida no es justa. Y sí, ésa es la verdad. Es una de las cosas más importantes que uno puede aprender en la vida, que normalmente nada se mueve por que sea justo o no lo que vaya a ocurrir.
Con esto no quiero decir que la vida me haya tratado mal. Más bien es justo al contrario, no creo que pueda quejarme de muchas cosas. Dejando a un lado mi inconformismo crónico (que es el que suele traerme problemas...), no me siento una persona desafortunada. No es que haya sido todo felicidad, en momentos determinados de mi vida ha pasado gente que dio con la tecla exacta para quitarme el sueño, la ilusión o la sonrisa (o las tres cosas), pero en esos casos el error fue darle demasiada importancia a esas personas, seguramente más de la que merecían. Pero no, no puedo sentirme un desgraciado. Sería faltar al respeto a quienes realmente lo son, a quienes su vida no les da tiempo ni para pararse a llorar o a quienes no pueden tener un beso de una persona querida cuando más lo necesitan.
Cuando digo que la vida no es justa, me refiero a que las cosas buenas no basta con merecerlas. Simplemente eso. Esperar que la vida te sonría sólo porque eres bueno con la gente es de inconscientes. En la vida no gana el bueno sólo porque sea el bueno. Los cuentos no acaban con la princesa en brazos del caballero que la saca del castillo. La vida no es de quien más duro golpea, es de quien mejor sabe soportar los golpes.
Y mientras escribo esto, una canción dando vueltas por mi habitación. Los Planetas otra vez... Y este video, uno de los más maravillosos que he visto en mi vida. Y por mi cabeza, esa idea del final, esa diferencia entre lo que sucede en nuestra imaginación y lo que ocurre en realidad.
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“Y no tendría que estar hablando de estas cosas
si tú estuvieras esta noche por aquí.
Se terminó mi presupuesto para drogas,
y ha terminado lo que tengo que decir.
Y yo aquí sigo,
buscando a quien resuelva mis problemas con la justicia.”
(“Mis problemas con la justicia”, Los Planetas)
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viernes, 26 de septiembre de 2008

La felicidad

Dos hombres estaban muy enfermos, ocupando la misma habitación de un hospital. Los dos estaban durante todo el día completamente tumbados por la enfermedad que tenían. Pero a uno de ellos se le permitía sentarse en la cama cada tarde, tenía problemas pulmonares. Una hora cada tarde, le dejaban sentarse en su cama. Este enfermo tenía la suerte de que su cama daba a la única ventana de la habitación y de que al menos una hora al día podía sentarse. Su compañero de cuarto tenía que estar todo el tiempo completamente tumbado.

Hablaban de sus mujeres, de su familia, de los hogares, de los trabajos, de dónde habían estado de vacaciones... y cada tarde, cuando el hombre de la cama junto a la ventana podía sentarse, pasaba el tiempo describiendo a su vecino todas las cosas que podía ver desde la ventana. El hombre de la otra cama empezaba a desear que llegara esa hora en que su mundo se ensanchaba y cobraba vida con todas las actividades y colores del mundo exterior. La ventana daba a un parque con un precioso lago con patos y cisnes que jugaban en el agua, mientras los niños lo hacían con sus cometas. Los jóvenes enamorados paseaban de la mano entre flores de todos los colores del arco iris. Grandes árboles adornaban el paisaje, y se podía ver en la distancia una bella vista de la línea de la ciudad. Según iba describiendo el hombre de la ventana, con un gusto exquisito, la maravilla del paisaje, el del otro lado de la habitación, que estaba acostado, cerraba los ojos e imaginaba la idílica escena. Una tarde calurosa, el hombre de la ventana describió un desfile que estaba pasando. Aunque el otro hombre no podía oír a la banda, podía verlo con los ojos de su mente, exactamente como lo describía el hombre de la ventana con sus mágicas palabras.

Pasaron días y semanas. Una mañana, la enfermera de día entró con el agua para bañarles, encontrándose el cuerpo sin vida del hombre de la ventana, que había muerto plácidamente mientras dormía. El enfermo de al lado se llenó de pesar y estuvo mucho tiempo deprimido, echando de menos esa hora en la que su compañero le hacía soñar. Ahora las tardes se le hacían eternas.

Tan pronto como lo consideró apropiado, pidió ser trasladado a la cama de al lado de la ventana. La enfermera le cambió encantada y, tras asegurarse de que él estaba cómodo, se fue de la habitación. Lentamente y con dificultad, el hombre se irguió sobre el codo para lanzar la primera mirada al mundo exterior. Por fin tendría la alegría de verlo él mismo. Se esforzó para girarse despacio y mirar por la ventana, y se encontró con una pared blanca. No se podía ver nada más que aquella vieja pared. Él se sorprendió. El hombre preguntó a la enfermera qué podía haber motivado a su compañero muerto para describir cosas tan maravillosas a través de la ventana. La enfermera le dijo que el hombre era ciego y que no habría podido ver ni la pared, y le indicó:
- “Quizá lo que aquel hombre pretendía era, simplemente, hacerle a usted feliz”.

[ Relato de Alberto Granados en su sección "Mente positiva" del programa Milenio 3 (22-10-2006) ]



miércoles, 17 de septiembre de 2008

Experimentos con gaseosa



Al decir las palabras adecuadas,
se abrirán ante ti laberintos y ventanas.

El caudal de las más cálidas aguas
te traerá al lugar donde nunca falta nada.

Guárdame dentro un sitio,
necesitaré cobijo
cuando vuelva de viajar alrededor.

Llévate lo que puedas
porque queda un duro invierno por pasar,
y yo volveré arrastrándome al final.

Guárdame dentro un sitio
donde pueda estar tranquilo,
donde pueda retirarme a descansar.

Guárdame dentro un sitio,
necesitaré cariño
cuando esté cansado y no pueda viajar.
(cuando vuelva de luchar con los demás).


("Experimentos con gaseosa", Los Planetas)


sábado, 13 de septiembre de 2008

Vamos a volar

- “¿Quieres tomar algo?”
- “Pues no sé... un Martini o algo...”
- “Me quedaría aquí para siempre...”
- “Pues quedémonos...”

lunes, 8 de septiembre de 2008

Transparente


"Tal vez hoy te digan todos
que pareces transparente,
que se te ven los recuerdos,
pero a ti es difícil verte.

Yo he aprendido nuevas formas
para poder entenderte,
y me fijo en los reflejos
de tus ojos en la gente..."

("Blimea", Portonovo)


domingo, 7 de septiembre de 2008

La casualidad de mi vida...


- "Voy a quedarme aquí todo el tiempo que haga falta. Estoy esperando la casualidad de mi vida. La más grande. Y eso que las he tenido de muchas clases. Sí... podría contar mi vida uniendo casualidades."

- "Es bueno que las vidas tengan varios círculos. Pero la mía, mi vida, sólo ha dado la vuelta una vez, y no del todo. Falta lo más importante. He escrito tantas veces su nombre dentro... Y aquí, ahora mismo, no puedo cerrar nada. Estoy solo..."


Los amantes del Círculo Polar (1998), Julio Médem

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Is this a crime?

Esta canción está dedicada a todas esas cosas que no deben hacerse... pero se hacen.

NAJWAJEAN – “Crime”

You lean on the edge of the bar and you look at me
with such eyes... and what if it’s a dream?
You pass by me and say: ”Hello, your smile is like a little girl”.
Is this a crime when you touch my hand and I feel the sky?

And I’m wondering if this is a crime,
when you pass behind you touch my hits on the better sides.
And then I pass behind and it’s a game they told me not to play,
and then you kill my doubts saying “Smile”.

And then you hold my hand strong,
you get me, you take me, you break me...
Oh, what a sweet suicide...

I’m wondering if this a crime
when you see me smile...

Oh, is this a crime
when I pass your side with a little smile?

I’m sorry but I’m dealing.

Then my eyes just said “Go on”,
and my back could feel the cold...
Then you take off all my clothes
I was breathing laid in bed...

And you take my legs,
and you get inside,
and I thought that life
couldn’t be so good...
Oh my love... is this a new suicide?

And I just wanna to know
oh, it’s all, my strong little guy.
And this is, baby this is, oh... is this a crime?

And I start to cry...

Is this a crime?
I’m in this hell,
brother I say,
brother and lover, I gave
enough to stay.
I try to stay, into, into, into...

Oh is this a crime
when you’re getting inside?

I can feel that it’s allright...