lunes, 13 de julio de 2009

Tiene azul el corazón. Azul de nadadora.


La verdad es que él siempre ha odiado las piscinas. Su piel es muy blanca pero él nunca se gustó moreno. Tampoco le sienta bien el cloro y todo eso que le echan al agua.

Pero desde hace diez días le da todo igual. No se pierde un solo día de bañador y toalla. Le encanta caminar por el borde de la piscina porque así, en equilibrio pero sin miedo a caer, es como se siente él. Y va a acabar volviendo negro a Madrid. Y puede que tenga problemas con el cloro. Pero es que no, no puede dejar de mirarla.
(DIEGO GARCÍA)

“Hoy también llegará recién peinado,
pasará por delante sin poder disimular su amor.”
(Nadadora, Family)



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3 comentarios:

Eva dijo...

¿Enamorado? Uffff que intringulis ^^.

Un besito.

Lau! dijo...

La de cosas que somos capaces de hacer cuando nos gusta de verdad alguien, cambiar todo; pasar de odiar ciertos paisajes a no hacer otra cosa que verlos a todas horas. Porque siempre los sitios han sido lo de menos, da igual el marco espacio-tiempo. Puede ser un lugar precioso, que si la compañía no es buena...
Y puede ser el lugar más simple, pero si vas con ESA PERSONA...
todo cambia...

Dentro de poco estaré buscando una bolita de nieve para ti!
En cualquier lugar, perdida en Gandía jaja!
Un besazo!

Marga Esteban dijo...

Qué seguro es caer sobre la red del agua y qué ligeros nos sentimos en ella...