miércoles, 29 de abril de 2009

Dando vueltas a mi lado todo el tiempo

Cuando te enamoras, no te enamoras de algo concreto sino de una situación. De todo lo que rodea a esa persona. De una sensación que te desprende. De un olor al despertar. De una forma de vivir...

Hace tres años y medio, seguramente en el peor momento de mi vida, me enamoré de un grupo.



Una vez, si mal no recuerdo,
me tenías en la punta de los dedos.
Las secuelas de los viejos días
estarán conmigo el resto de mi vida.

Me quedé dormido un momento,
y los valles se cambiaron por desiertos
por obra y gracia de el que controla el firmamento,
el que decide que ande perdido en corrientes circulares en el tiempo,
el que transforma los diamantes en quejidos y lamentos,
el que se encarga de que salgas y que yo me quede dentro.

Asustado, sintiéndome enfermo,
como una temporada en el infierno.
Intentando ver una salida,
encontrando más problemas todavía.
Todo esto que jamás podré comprender,
lo que obtuve a cambio de intentar hacerlo bien.

Eso no es para mí,
quiero mi parte de lo bueno.
Quiero que estés aquí,
quiero tenerte dando vueltas a mi lado todo el tiempo,
en nueve órbitas concéntricas y yo estar en el centro...
Será mucho pedir, pero es lo menos que merezco.

(Corrientes circulares en el tiempo, Los Planetas)

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viernes, 24 de abril de 2009

Where the “should-have-been’s” mix with the “never-will’s”

(FOTO: vistas desde mi casa)


And I look into her eyes, her eyes, her eyes, her eyes, her eyes...


lunes, 20 de abril de 2009

Y tan sólo me pregunto si tomarme vacaciones de mí misma


Ahí está. Sentada en su habitación a cualquier hora de cualquier día de la semana, porque en sus días desde hace tiempo los domingos son muy parecidos a los miércoles. En la cama. Asomada a la ventana. En la silla ante el ordenador. En la maldita canción que hoy suena sin parar para recordarle que su vida no es la que quería vivir.

Parecía que cumplir los 20 sería el comienzo de una nueva vida, de empezar a “ser mayor” y de disfrutar más de las cosas, pero años después se ha dado cuenta de que desde entonces la vida no se ha portado muy bien con ella. Le enseñaron desde muy pequeñita a no mirar a los demás y ahora está segura de que las comparaciones, estando ella de por medio, siempre son odiosas. Todos le dicen que nunca cambie, que es una persona muy valiosa porque como ella hay una en el mundo y no más. Y ella lo sabe, en el fondo le gusta ser como es, pero esos caminos le conducen a unas metas tan raras...

A veces mira su móvil, buscando en la agenda alguien a quien recurrir. Una mirada amiga que la convenza de que la cancioncita que hoy no para de sonar no tiene razón, que hay gente a su alrededor y que sentirse comprendida no es imposible. Y no, no la encuentra. Su agenda está llena de gente que ella no quiere ni ver porque le hicieron sentir mal, y también de muchos que estarían encantados de compartir una noche con su cuerpo, pero jamás aceptarían dedicar siquiera unos meses a conocerla, aunque sólo fuera por callar a tantas y tantas voces que dicen que jamás encontrará a nadie que la quiera. Ni siquiera por probar. ¿Quién quiere complicarse la vida con alguien así? Cuando tienes veintipocos lo último que buscas es problemas, lo quieres todo rápido y a ser posible, fácil. Y cualquiera que la conozca mínimamente sabe que “rápido” y “fácil” no son palabras que encajen muy bien con todo lo que tiene dentro.

Y claro, se ha vuelto desconfiada. No con las personas, sino con su propia suerte. Por experiencia, las cosas en su vida han tendido siempre a empeorar, y ahora tiene algo parecido al miedo cuando ve una puerta abierta. Por eso hay fotos que se ha autoprohibido mirar. Por eso hay un nombre que se salta cada vez que mira su agenda. Sabe que detrás de él está la esperanza de que todo esto tenga un sentido. Está convencida de que dentro de cada una de las letras de su nombre está todo lo que necesita, por mucho que sus amigas insistan en que no se monte historias, que esto jamás saldrá bien, que está fantaseando con algo imposible. Pero sus amigas no saben que, hace unas semanas, ella soñó que por fin tenía motivos para creer y para darle una oportunidad a su sonrisa, ellas no estaban esa mañana ahí para ver cómo le cambió la cara cuando se dio cuenta de que todo era un maldito sueño feliz. Ni tampoco saben que cada vez que habla con él, sus ojos se iluminan y sonríe de la forma más tonta del mundo. Ni que cuando termina la conversación ella siempre llora como una niña porque no sabe cuándo será la próxima vez que todo será bonito sólo porque él esté al otro lado.

Lamenta que jamás tendrá valor para hacerle saber que no le ha hecho falta tenerle delante para sentir que haría auténticas locuras por él, por la persona que llegó a su vida en el momento justo y con las palabras justas para crear una estúpida ilusión. Y entonces odia a su ordenador, a la distancia, al miedo y a todo lo que la separa del abrazo de la persona que día a día está alegrando su vida sólo por ser, sólo por estar.

Sus amigas tienen poco poder de convicción, pero al final ella acaba haciendo como que las cree. Para que se callen y también para no admitir que ha dejado de confiar en su suerte y que en el fondo ella también sabe que todo va a salir mal porque, en las películas bonitas, ella está siempre en las butacas, nunca en la pantalla.
(DIEGO GARCÍA)

sábado, 18 de abril de 2009

El circo cabe en un asiento del vagón

(Foto: Fiesta de fin de curso de 1992)

Cualquiera que me conozca desde pequeñito (o no tan pequeñito), sabrá lo mío con los payasos. Me encantan. Los admiro por ser capaces de lo más difícil del mundo: hacer sonreír. Aunque en su interior esté todo roto, aunque en su vida no haya espacio para la felicidad, son capaces de transmitirla. ¿Hay algo mejor?



Tolito tiene un dado y una paloma,
una tos y una copa llena de vino,
y unas ropas con polvo de los caminos,
caminos que jamás llevaban a Roma.

Mago de las barajas y la sonrisa,
malabarista errante de las plazuelas,
un corazón que le sale por la camisa,
botas de andar sin prisa, ni medias suelas.

Empieza la función, pongan atención,
el circo cabe en un asiento del vagón.
Empieza la función, pongan atención,
billete de segunda, próxima estación...

A no ser por el alma y por la melena,
de sus vecinos no se distinguiría.
Su oficio es retorcerle el cuello a la pena
y abrir una ventana a la fantasía.

Para dormir a pierna suelta le basta
con tener para vino, pan y tabaco.
Igual te rifa un peine que echa las cartas
y saca el rey de bastos de tu sobaco.

Si quieres verlo, ven, busca en el andén,
Tolito siempre está bajando de algún tren.
Si quieres verlo, ven, busca en el andén,
Tolito siempre está subiendo al primer tren.

Cada vez que se encuentran dos caminantes,
se cuentan sus andanzas y sus querellas,
le cuelgan a la noche un interrogante
y llegan hasta el fondo de las botellas.

Luego, entre cuatro muros y dos escuetos
colchones rescatados de la miseria,
se intercambian los trucos y los secretos
del arte de ir rodando de feria en feria.

“Ponnos dos copas más antes de cerrar,
morirse debe ser dejar de caminar.
Ponnos dos copas más antes de cerrar...
hoy bebo a tu salud, mañana Dios dirá.”

Empieza la función, pongan atención,
el circo cabe en un asiento del vagón.

Si quieres verlo, ven, busca en el andén,
Tolito siempre está bajando de algún tren.

(Balada de Tolito, Joaquín Sabina)

lunes, 13 de abril de 2009

Parte A / Parte B

PARTE A : Ciertas respuestas parecen alejarse siempre, algunas preguntas sólo hay que saber hacerlas bien



Bueno, hace unos días publiqué aquí algo que ha tenido más repercusión de la que esperaba (tiendo a ser pesimista con la repercusión de mi blog). Pero me llamó especialmente la atención un comentario que me escribieron. Así que, Bluess Swing, aquí tienes las respuestas a tus interesantes preguntas. Gracias de corazón por aportar algo más a lo que escribo, por ir un poco más allá.

¿POR QUÉ TE LO PLANTEAS? Pues creo que me planteo demasiadas cosas. Sirva o no para algo, encuentre respuestas o no... supongo que es algo que va conmigo.

¿QUIÉN TE LO HACE PLANTEAR? La vida. Las circunstancias. Las 4 de la madrugada...

¿EL QUE ERES? ¿EL QUE REPRESENTAS? Aspiro a que en mi caso, ambas cosas coincidan. Teniendo en cuenta lo que hay por ahí, no es poca cosa.

¿QUIÉN ERES? Supongo que una persona más de entre más de 6.000 millones en el mundo, con la humilde pretensión de que cuando llegue el final de mi vida, no mire atrás y piense que he perdido el tiempo. Además de eso, soy un cúmulo de detalles que espero que me hagan único.

¿CUÁL ES TU MISIÓN EN ESTA VIDA? Básicamente eso que he dicho, no acabar con la sensación de haber desaprovechado lo que me han dado. Sería una pena.

¿TE QUIERES? Sí. Mucho. Hay gente que cree que demasiado. Y yo estoy de acuerdo con eso. Es más, me quiero tanto que quizá ése sea el principal motivo de que me proteja tanto a mí mismo.

¿QUIERES A LOS DEMÁS POR LO QUE SON, NO POR A QUIÉN REPRESENTAN? Quiero a los demás por lo que desprenden. Creo que cada persona es mucho más de lo que vemos, y es precisamente lo que no se ve lo que más me llama la atención. Y es también lo que me suele crear algún problemilla, a veces me encariño de alguien a quien conozco de muy poco, simplemente por las sensaciones que desprende. Después el tiempo suele decirte lo listo o lo tonto que has estado. Hay de todo.

¿TE GUSTA QUE TE ESCRIBAN? Me encanta. Sin duda es lo mejor que tiene esto, comprobar lo que piensa la gente y lo que siente. De hecho, estoy seguro de que la mejor parte de este blog, y la más importante, la ponéis vosotros.

¿APRENDES DE LOS DEMÁS? Muchísimo. Vivo mucho más abierto de lo que algunos piensan. Aprendo de la gente, del cine, de la lectura, de la música, de la vida, de la calle, de una conversación, de una simple frase...

¿DAS PARA RECIBIR? No. Jamás. Nunca lo he hecho. Yo doy, pero no para recibir. Doy para dar. Me han educado así, y creo que en esa educación ha tenido muchísimo que ver mi madre, por aquello a lo que se dedica desde mucho antes de nacer yo.

¿QUÉ COLOR TIENE TU PUENTE DE HUÍDA? Azul y verde. Lo tengo clarísimo.

Gracias otra vez a Bluess Swing. Me encanta que me hagan pensar un poco.

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PARTE B : Somos portada con un tremendo titular

No creo que sea la mejor persona del mundo. No soy el chico perfecto ni creo que lo llegue a ser nunca. Hago miles de cosas mal y mi vida no es tan recomendable como mucha gente cree. Tengo problemas para encontrar los medios que necesito para alcanzar mis fines. A lo largo de mi vida, me he equivocado como el que más. Soy extremadamente introvertido, lo cual me impide relacionarme con la gente tanto como me gustaría, y también impide que me puedan llegar a conocer tanto los impacientes como los que se creen que ya lo han visto todo y lo conocen todo. Creo que tengo muchísmo que aprender en la vida todavía. Y por supuesto, estoy convencido de que hay millones de blogs mucho más interesantes que el mío, donde se cuenten cosas más profundas, o donde el dueño escriba mil veces mejor, o donde todo sea tan confuso que la gente no llegue a entender nada de lo que se expresa pero aún así les encante, o donde el único objetivo del autor sea hacerse el interesante con frases enrevesadas. Seguramente todos ésos sean mejores que todo esto que escribo yo (aunque no me preocupa).

Pero estoy orgulloso. Estoy orgulloso de ser quien soy. Estoy orgulloso de lo que veo en el espejo, de poder mirarme a los ojos. Estoy orgulloso de no haberme fallado nunca. Estoy orgulloso de haber salido adelante de situaciones bastante críticas. Estoy orgulloso de tener la suficiente personalidad como para saber darle la importancia que merece a cada opinión que escucho sobre mí, dependiendo de quién proceda. Estoy orgulloso de las lágrimas de mi madre el día de mi graduación y de las lágrimas de mi abuela el día que acabé la carrera. Estoy orgulloso cuando mi amigo Dani me dice: “Diego, lo mejor que tienes es que eres un rebelde en esta vida”. Estoy orgulloso de amigas como Lau, que recurren a mí cada vez que tienen un problema y buscan alguien que les escuche y les entienda. Estoy orgulloso de cada “te quiero” que he escuchado en mi vida. Estoy orgulloso de mi hermano mayor, que llega después de un viaje y lo primero que me dice es: “Tenemos que irnos de viaje”. Estoy orgulloso cuando, cada vez que entro en mi casa, un niño de 10 años viene corriendo y me abraza. Estoy orgulloso de lo que opina de mí la gente que realmente se preocupa por pasar su tiempo conmigo.

En eso consiste mi orgullo. No en creerme falsamente por encima de nadie. En primer lugar, porque no estoy por encima. Y en segundo lugar, porque si lo estuviera, creerme por encima me haría estar muy abajo.

“Las malas lenguas tiran de otras muchas más
y presuponen siempre, es un juego fatal.”

viernes, 10 de abril de 2009

"Cuentos de amor" y otros inventos

“¿A que sí? ¿A que no cruzas sola el puente?”


Ni sé ni me importa mucho la cantidad de gente que lee lo que escribo, así que os podéis imaginar lo que pienso sobre cuántos escucharán las canciones que pongo.

Creo que esta noche me voy a pasar de críptico y de oscuro, así que pido disculpas de antemano por lo que vais a escuchar. Sé que llevo unos meses con el blog y aguantando la tentación de poner alguna canción de este hombre. Antonio Luque es la voz de Sr.Chinarro, lo que más he escuchado en el último año y medio. Mi adorado mp3 almacena exactamente 84 canciones suyas, lo cual le coloca en las primeras posiciones de megabytes ocupados (y por si alguien se lo está preguntando: no, el líder de esta clasificación no se gana un premio ni un gallifante ni un minipunto...).

Entonces, ¿por qué ésta es la primera vez que pongo una canción de alguien tan importante para mí? Pues seguramente por una cuestión de comprensión con la (mucha o poca) gente que me lee. Igual que no escribía en ruso, no ponía canciones de Antonio Luque. El motivo es el mismo. Pero para ser sincero, no le doy mucha importancia a que la gente entienda mis canciones. Me basta con transmitir cosas. De hecho, cuando estrené este blog dije que iba a hablar de sensaciones. Ni siquiera me interesa ser cristalino y transparente.

¿Y por qué esta canción? Es especial, pero no la más especial (ésa de momento la tengo guardadita). Desde que la escuché por primera vez, me habla clarísimamente de algo que nunca me ha gustado y nunca he sabido llevar nada bien. Tiendo a poner canciones que pueda entender la gente, pero hoy voy a saltarme esa norma. Hoy pondré una que entiendo yo.



¿Realmente importa dar una buena impresión a la gente que te rodea? ¿No resulta más válido dar una impresión simplemente real, para así estar seguro de que la gente que te rodea está ahí porque le gustas tal y como eres? ¿Por qué sale tan caro ser auténtico y no seguir la corriente de la gente que se autoconsidera normal? ¿Qué espera la gente de mí? ¿Cómo es posible que una actitud sea tan malinterpretada como para que haya tantos kilómetros de distancia entre lo que eres y lo que ven? ¿Por qué los que siguen la corriente me parecen tan sumamente huecos y felices, tan felizmente huecos, tan huecamente felices? ¿En qué momento empecé a ir contra la corriente como un puto salmón en un río? ¿Qué hubiera sido de mi vida si hubiera preferido pisar mi enorme orgullo a cambio de aceptación? ¿Qué hubiera ganado si me hubiese dejado llevar? ¿Cómo sería mi vida sin tanto espíritu bohemio y con un poco más de esoquellamansentidocomún? ¿Por qué entiendo tan bien a la gente que se ha (que os habéis) ido de mi vida, y ni siquiera hago el esfuerzo por que vuelvan (volváis) pensando que han (habéis) hecho lo lógico al no atreverse (atreveros) a conocerme un poquito más? ¿Qué importa todo esto, si sé perfectamente que jamás voy a cambiar por nada ni por nadie, si tengo tan claro que voy a ir con mis ideales y mi forma de vivir hasta la muerte, pierda lo que pierda, se aleje quien se aleje y cueste lo que cueste?

“Hoces sacan al verte físicos con martillo.
Huye con la guadaña, déjame a mí el derribo.”


Por cierto. Siempre he oído que “a enemigo que huye, puente de plata”. Y hoy se me ha ocurrido preguntarme algo: ¿De qué está hecho el puente por el cual huye un amigo?

Aunque lo que esta noche realmente me preocupa es: ¿por qué huyen los amigos?

martes, 7 de abril de 2009

Y dicen que siempre tuve algo especial...


Salgo cuando no tengo ganas,
así vuelvo pronto y no me tomo de nada.
Sabes cuánto me costó perder mi banda
y empezar a ser de los que siempre inventan un final.
[...]
Veo más que nunca la tele
y lloro en los concursos donde regalan fama.
Dime, ¿cuánto puedes amar
a alguien que no vuelve a casa con dinero
ni la prensa le aclama?

viernes, 3 de abril de 2009

This time could be the last one


¿Cómo te sientes cuando es la última vez, y aún recuerdas la primera? ¿Qué puedes decir ahora que el tiempo pasa tan rápido y nadie da respuestas? Y el aire se vuelve cada vez más fino, y tu voz suena diferente y te das cuenta de que estás solo.

¿Cómo te sientes cuando sabes que esta vez podría ser la última?




What do you feel when you see it for the first time
and it could be the last time?
When you thought that she would stay forever
and she's gone up now?
And your air is getting thin,
your voice has another tone
and you are left there on your own.