jueves, 8 de octubre de 2009

We can be heroes just for one day



¿A que no sabes dónde he vuelto hoy?
Donde solíamos gritar
diez años antes de este “ahora” sin edad.
Aún sigue el monstruo y aún no hay paz.

Y en los bancos que escribimos
medio a oscuras, sin pensar,
todos los versos de “Heroes”
con las faltas de un chaval…
aún están.

Y aún hoy
se escapa a mi control,
problema y solución,
y es que el grito siempre acecha,
es la respuesta.

Y aún hoy
sólo el grito y la ficción
consiguen apagar
las luces de mi negra alerta.

Tengo un cuchillo, y es de plástico
donde solía haber metal.
Y el libro extraño que te echó de párvulos…
sus hojas tuve que incendiar.

Y en los hierros que separan
la caída más brutal
siguen las dos iniciales
que escribimos con compás…
ahí están.

Vertical y transversal,
soy grito y soy cristal.
Justo el punto medio, el que tanto odiabas
cuando tú me repetías que te hundirá y me hundirá,
y solamente el grito nos servirá.
Decías “es fácil” y solías empezar.

Y es que el grito siempre vuelve,
y con nosotros morirá.
Frío y breve como un verso
escrito en lengua animal.
Y siempre está…

Te hundirá y me hundirá,
y solamente el grito nos servirá.
Y “ahora no es fácil” tú solías empezar.

Vertical y transversal,
soy grito y soy cristal.
Justo el punto medio, el que tanto odiabas
cuando tú me provocabas aullar.

Y ya está, ya hay paz… ya hay paz.
Y ya está, ya hay paz… ya hay paz.

¿Por quién gritaba?
Lo sé y tú no.
No preguntabas
tú nunca, no.

(Allí donde solíamos gritar, Love of Lesbian)
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