lunes, 29 de junio de 2009

Que estés a mi lado, aunque no tengas nada...


Siempre era él quien se despertaba primero de los dos. De hecho, hasta que no llevaban un par de meses durmiendo juntos, ella no se enteró de que se ponía el despertador sólo para apagarlo corriendo y verla amanecer cada día.

Así empezaban los días en su cama hasta hace demasiadas semanas. Pero, puede que por la preocupación o por la falta de sueño o a saber por qué, últimamente los primeros ojos que se abren son los de ella, y ya no hay desayunos entre sábanas ni cosquillas de buenos días.

Hoy se ha despertado pasadas las ocho y media, y ahí estaba él. Hablando entre sueños de viajes y deseos. Y entonces ella se ha puesto a llorar como la niña que aún es, porque ha visto al amor de su vida siendo feliz por primera vez en mucho tiempo pero esta vez no era con ella. Y lo ha pensado un rato y se ha dado cuenta de que jamás le había sentido tan lejos teniéndole tan cerca. Y le ha parecido mentira que con todo lo que lucharon por su historia, ahora todo se haya apagado y sólo quede la inútil cercanía de los cuerpos.

Hoy se siente egoísta y sólo le quiere a él. Aunque sea lo peor para los dos. Aunque sepa que esto no va a ningún lado y que se acaba. Aunque hoy pueda ser el último día.

Hoy ha aprendido que, a veces, las flores se mueren aunque las riegues cada día.
(DIEGO GARCÍA)

''Como un regalo que, al ensuciarse, tiró quien limpiaba…
Como un vaso después de beber el trago más dulce…''


1 comentario:

Mely dijo...

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