jueves, 18 de junio de 2009

Ese viaje hacia la nada


Algo tiene Aute. Algo tiene para que él fuera casi casi el principio de todo lo que es la música para mí. Algo tiene para que cada vez que le escuche me den ganas de estar dos horas en silencio. Algo tiene para que, después de haberme cruzado con él mil veces en el Parque de la Fuente del Berro, ni siquiera haya sido capaz de saludarle ni de decirle que una parte de mí nació con sus letras.





Enemigo de la guerra
y su reverso, la medalla.
No propuse otra batalla
que librar al corazón
de ponerse cuerpo a tierra
bajo el paso de una historia
que iba a alzar hasta la gloria
el poder de la razón.

Y ahora que ya no hay trincheras,
el combate es la escalera,
y el que trepe a lo más alto
pondrá a salvo su cabeza,
aunque se hunda en el asfalto
la belleza.

Míralos, como reptiles
al acecho de la presa,
negociando en casa mesa
maquillajes de ocasión.
Siguen todos los raíles
que conduzcan a la cumbre,
locos por que nos deslumbre
su parásita ambición.

Antes iban de profetas,
y ahora el éxito es su meta.
Mercaderes, traficantes…
más que náusea dan tristeza,
no rozaron ni un instante
la belleza.

Y me hablaron de futuros
fraternales solidarios,
donde todo lo falsario
acabaría en el pilón.
Y ahora que se cae el muro,
ya no somos tan iguales.
Tanto vendes, tanto vales,
viva la revolución.

Reivindico el espejismo
de intentar ser uno mismo,
ese viaje hacia la nada
que consiste en la certeza
de encontrar en tu mirada
la belleza.

(La belleza, Luis Eduardo Aute)



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1 comentario:

Marga Esteban dijo...

Bueno, lo has escrito en tu blog. Es bonito que lo hayas hecho.