martes, 10 de marzo de 2009

Mirar hacia dentro

Conozco a mucha gente, aunque muy poca gente me conozca a mí. De todas las personas que conozco, creo que hay dos o tres que saben más o menos cómo se mueven las cosas dentro de mí, pero eso no quiere decir que me conozcan perfectamente, ni mucho menos. Me inquieta esa imagen de chico raro que me acompaña, pero no tengo ningún derecho a quejarme porque es algo que he construido yo solito. Además, viendo cómo está la vida y la gente en general, no me parece mala señal ser raro. Me parecería más preocupante que alguien dijera que soy normal. En cuanto a lo de quejarme de mi suerte, es algo que después de un tiempo pensando he decidido descartar, sobre todo porque nunca he creído en la suerte.

Hay cosas importantísimas de mí que nadie sabe. Nadie sabe que cuando todo se pone negro me encierro en mi habitación y hago cosas raras, como por ejemplo darle vueltas a la manivela de la cajita de música que tengo, y dejar que suene mil veces la banda sonora de una película inolvidable. Nadie sabe el enorme sentido de libertad que tengo dentro, yo hace tiempo que empecé a sospecharlo y ahora pienso que en el futuro puede traerme algún que otro problema.

Creo que nací con defectos de fábrica. No sé gritar. Hablo demasiado bajo y demasiado “para el cuello de la camisa”. Me cuesta hablar por teléfono sin trabarme y pensar que es el peor invento del mundo. No sé salir de fiesta, no sé emborracharme ni solucionar mis problemas con una noche loca. No sé vivir sin recuerdos, y tiendo a vivir de los malos porque los buenos me suelen parecer demasiado irreales. Mi concepto de la amistad es defectuoso. Me cuesta mucho confiar en la gente, y una consecuencia de eso es que cuando hablo con alguien mis ojos se me van a su boca, no a los suyos (estoy en proceso de solucionar eso, aunque por traumas pasados no creo que llegue a confiar en la gente en general así porque sí), lo cual me parece una gran putada porque sin duda lo que más me gusta de la gente son los ojos.

Hay dos palabras que empiezan por “auto-“ que me acompañan allá donde voy, pero por motivos distintos. Una es autocontrol y la otra es autodestrucción. Desgraciadamente ando escaso de la buena, y me sobra bastante de la mala pero bueno, eso también está en proceso de mejora. Me preocupa especialmente lo del autocontrol, porque es algo que procuro fortalecer día a día, pero luego siempre ocurre algo que me cruza los cables, y cuando me quiero dar cuenta las cosas ya se han puesto muy feas. El día que aprenda a controlar esos cables, voy a ser un poquito más feliz.

La música que me gusta es rara. No tengo un estilo preferido, prefiero que la gente saque sus conclusiones a partir las cosas que suelo escuchar. No soporto que pongan las canciones millones de veces en la radio, y si eso ocurriera con alguno de “mis grupos”, me molestaría bastante. Escucho miles de estilos diferentes, pero cualquiera que me conozca un poquito sabrá que sin Quique González mi vida sería muy diferente, así que tendré que agradecer aquel golpe de suerte que me llevó a descubrirle allá por el verano de 2004. Otra de las cosas que nadie sabe es cuánto me llegó a joder el haberme quedado sin ir a verle en Diciembre del año pasado en Joy Eslava. También es famosa la enorme influencia que me ha producido Enrique Urquijo, tanto su vida como su obra, a partes iguales. Antonio Vega, Carlos Chaouen, Alfredo González, Luis Eduardo Aute... ocupan también bastante de mi tiempo, y estoy seguro de que es por una cuestión de identificación. Es tan sencillo como esto: ellos hacen lo que a mí me encantaría hacer.

Últimamente me ha dado por el cine. Creo que en el último año he visto más películas que en toda mi vida anterior. Lo único que les pido es que me transmitan algo. Cuando eso ocurre, me puedo quedar pensando en la peli horas, días, semanas... o toda la vida. Si hay un solo personaje en el que encuentre un pedazo de mí, puedo llegar a verla miles de veces. Ejemplos: “Los amantes del Círculo Polar”, “Tu vida en 65 minutos”, “Azuloscurocasinegro”, “Días azules”, “El camino de los ingleses”...

Viajar me parece casi la mejor forma de dedicar el tiempo y el dinero. Hay miles de sitios que quisiera visitar, y me iría de viaje casi con cualquier persona que tuviera las mismas ganas que yo de conocer mundo. Si no hay tiempo ni dinero para coger un tren o un avión, siempre me queda Madrid. No voy a parar hasta conocer cada rincón de esta ciudad, me interesan sobre todo las zonas de calles estrechas y gente rara.

La gente dice que tengo cosas buenas. Por lo visto sé escuchar, lo cual es una buena noticia porque saber hacer algo que te encanta no ocurre todos los días. Se dice también que es agradable estar conmigo, pero eso contrasta con el hecho de que para mí no es tan fácil estar a gusto con cualquiera. También se dicen por ahí otras cosas buenas de mí, pero no creo que sea yo el que deba decirlas, independientemente de que sean verdad o no. En realidad me basta con que la gente vea en mí a alguien que ni da, ni quiere, ni piensa, ni siente, ni transmite lo mismo que el resto. Casi nada...

Hace bien poco, una de esas dos o tres personas de las que hablaba en el primer párrafo me definió como alguien incomprendido, intrigante y especial. Además, añadió algo que me dejó pensando. Dijo que a veces tengo que luchar conmigo mismo. Y sí, tiene toda la razón.

6 comentarios:

Marga Esteban dijo...

Creo que al escribir todo ésto estás trabajando como tú dices muchos aspectos tuyos. Saber escuchar es un gran don, pero también lo es pedir que te escuchen cuando lo necesitas.Eres único, como lo somos todos, pero todos somos uno...así que me gusta "conocerte" un poquito más, pero lo que más me gusta es que te "des a conocer" un poquito más.

accolade dijo...

realmente creo q nadie llega nunca a conocer a nadie ^^= creo q nunca nos podemos mostrar tal como somos.....y q siempre habrá algo q descubrir en todas las personas...
de todas maneras....de persona introvertida a persona introvertida....no creo q se pueda juzgar a alguien `porq sepa la musica q te guste ^^ mas bien porq conozca como vas a reaccionar en determinadas circunstancias...q es lo q te hace reir o en q situaciones estás a gusto ^^

sigue mirando a los ojos a la gente jajaja nunca he notado q no me mires a los ojos ^^=
animo con todo XD

besootess

Eva dijo...

Hola,
La primera frase ya me ha enganchado a tu post:
"Conozco a mucha gente, aunque muy poca gente me conozca a mí".
Es una gran verdad, con la que me siento identificada.
Es más, a veces dices que en las letras de tus cantantes preferidos o en algunos personajes de tus películas favoritas, te sientes identificados. Pues a mi me pasa con muchas cosas de las que escribes.
Con muchas de ellas me siento identificada, sólo que tú las rflejas de una forma que yo no soy capaz. Quizás por eso me gusta tanto leerte.
No se como podrás ser en persona, pero leyéndote trasmites mucho.
El concepto que dices de "raro" creo que cada uno tiene un concepto. Todos tenemos manías que nos cuesta corregir, y que con el tiempo aprendemos a vivir con ellas porque forman parte de nosotros.
Mi opinión es que a veces gusta más de que te escuchen, más que te estén hablando por los codos. Yo aprecio al que sabe escuchar, porque a veces sólo necesitamos eso, desahogarnos y ya. No necesitamos un "te lo dije" o un "yo hubiera hecho tal cosa".
Si eres una persona introvertida o tímida eso no es malo. Yo soy tímida cuando la gente no me acaba de entrar. No se como explicartelo.
Debo notar una cierta complicidad, aunque acabe de conocer a la gente, para poder ser yo.
Nunca me ha gustado la gente que congenia con todo el mundo, creo que están vacios, porque es imposible llevarte bien con todo el mundo ¿no?
Uffff,.....menuda parrafada te he soltado, tómate un gelocatil y perdona ^^.
Un beso.

D13GO dijo...

Para BLUESSWING: tienes razón en lo que dices, y quizá uno de mis fallos viene de ahí, que soy el primero para escuchar a la gente, pero el último para pedir que me escuchen.
Para ACCOLADE: Me alegro de que no se pueda juzgar a nadie por su música, lo último que querría es que se me juzgara. Mejor que este blog sirva para otras cosas más interesantes :-).
Para EVA: Te voy a contratar como comentarista oficial de mi blog :-), creo que, post tras post, eres de la personas que mejor entienden lo que escribo. Gracias.

Irene dijo...

Dicen que a cada ser humano, su persona, su ser, sus sentimientos, sus cualidades... le pesan 20 gramos.
Tus 20 gramos están repletos de sentimientos delicadamente expresados en este blog, 20 gramos de sinceridad, quiza 20 gramos de darte a conocer... y sobre todo 20 gramos compuestos de tinta morada, de observación, de timidez y de humanidad.

;)

D13GO dijo...

...lo de la tinta morada me ha encantado Irene :-)