miércoles, 9 de septiembre de 2009

No puedes, no, disimularlo...


Me encantan los finales de verano. El sol que parece no querer irse cada día antes, las cortinas que empiezan a moverse porque ya sopla algo de viento… Creo que es una época que tiene algo que ver conmigo.

Adiós a los días de fiesta, a los telediarios y a las caracolas.
Adiós a las ruedas de prensa, los falsos robados y las amazonas.
Adiós a los trajes de baño, los viajes pagados, los sitios de moda.
No habrá más copas de yate, tirar las botellas, dormir a deshora.


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1 comentario:

Eva dijo...

Para mi los finales de cada verano siempre me han parecido sumamente tristes, pero este creo es el más triste que estoy viviendo.

Un beso.